Lirios y río.

Delirio, mi palabra favorita.
El vaivén, se lo dejo a las tardes de Azúcar; esas tardes mutadas, enfermas e incomprensibles.
Si no hablase de delirio, los lirios me hubieran adornado la cabeza. Los lirios son para los muertos, y si estás muerto creo que todo se reduce a una nada absoluta que te alinea el pulso, todo se te vuelve homogéneo..

Ahora otros sabores me bailan en los labios, otra fulana me habita las tripas.
Baila tap, y me aplana a ratos; me oprime y aniquila los montoncitos nocivos, intempestivos y subversivos que se me aparecen como fantasmas todas las noches, me aterran.
Ella zapatea, y me rasguña la sonrisa, zapatea de nuevo, y me seca las lágrimas.
Zapatea y se me mueve el mundo.
Es tan bondadosa, que casi ni siento que es sentir del todo, ni vivir en todo
Es tan mundana la maldita, que me despelleja y me hace puré.
La cena está servida, y creo que el plato principal ni siquiera sabe lo que le espera.

Comentarios

Entradas populares