¿Y qué puedo decir?
NO soy un concepto.
Soy de naturaleza fatalista, de ánimo amorfo y de impulsividad anacrónica. Una sopa de incoherencia con algo de sal y una pizquita de jengibre para las noches de frio, de marcas de ausencia en las sábanas y malentendidos mentales.
Empezaré vociferando mi odio con un parlante en la garganta, ya que no quiero que te enteres que te extraño más que a mi propia infancia... Sí, infancia y la nombro porque aún al verse acribillada de a pocos por mi memoria, juega a las escondidas y la tildo de feliz.
Una infancia de mocos, rodillas raspadas, bigotes de leche y esas adultas precoces sin alma (...)
Una infancia SIN TÍ, pero junto a ti de alguna manera paralela. Aprendí a creer en las vidas paralelas, sabes?, y qué pesada me estoy volviendo; es como no querer desengancharse de la nube ya con los pies llenos de lodo, de tierra.
Bueno por lo menos ya no siento el aire corretearme por las piernas; mi ley de vida en estos momentos (y mi vida ya que muchos están regidos por la Ley de la gravedad o la de Murphy) es "Vivir y dejar vivir".
Suena crudo, como estar bajo una temperatura de de menos 5 grados bajo cero, pero en ese estado se resume la dicotomía que me infecta el cerebro.
Facilmente podría decir que el único ser viviente que transita y respira -de vez en cuando- soy yo, pero para qué decirle mentiras a las hojas?, si la Filantropía ya me recubrió hasta las pestañas.
Una vez leí que este mal era un factor determinante de los corazones peludos, entonces si es así que alguien me diga donde encuentro una máquina de afeitar que no produzca un dolor monumental y que me lo deje y que me lo deje albino sin ninguna proyección de ser humano que me acuatice las pupilas.
De proyecciones se alimenta el mundo, de proyecciones me alimento yo.
Una bandeja descomunal de dulces sin fin, tan llena de ficción.
No existe el dulce, y ya me cansé de funcionar como una cucharita azucarera.
Cansarse no es sinónimo de detenerse, uno como buen enamoradizo tiene un piloto automático que busca joderse solo; meterse en una historia en la que el papel protagónico ya está ocupado, y que los de reparto se mueren al segundo capítulo.
"Your heart feels, over and over"
Es la realidad de las cosas, hecha acordes, electricidad y autodestrucción reprogramada.
Pero ya basta de autoflagelaciones, es tiempo de agujerearse un poco y dejarse habitar por dentro, luego dejarse atravesar y suspirar imaginándose los dilemas de un colador: "Todo me atraviesa y ya ni me doy cuenta de los pedacitos de azucar que me acarician a diario, todo es tan homogéneo que al sorprenderme pasaría por mitómana" La naturaleza de un colador hembra, sus videos y ventiochos -anormales y duraderos.
Querida extraña:
Te digo sin ánimo de herir tus susceptibilidades y tu ego, que me enferma el ánimo saber que tienes a cualquiera que susurra un "te quiero· en tu lista negra, saber que posees una costalada de vidrios rotos por dentro que te hacen hablar a regañadientes y te acortan las palabras.
¿No te sientes triturada a ratos?
Yo te veo tan demacrada que no calcularía cuántos suspiros te han frenado; primero porque odio llevar la cuenta de las desgracias de las personas y segundo porque me gusta como sonríes al pensar que te ven e imaginan un sin fin de historias color Amarillo (con la garantía de tener un color por seudónimo) al creer que eres la dama del engaño que se las sabe todas.
Por lo general los cari.amarillos casi de están muriendo de enfermos. ¡Qué tedio!
Soy de naturaleza fatalista, de ánimo amorfo y de impulsividad anacrónica. Una sopa de incoherencia con algo de sal y una pizquita de jengibre para las noches de frio, de marcas de ausencia en las sábanas y malentendidos mentales.
Empezaré vociferando mi odio con un parlante en la garganta, ya que no quiero que te enteres que te extraño más que a mi propia infancia... Sí, infancia y la nombro porque aún al verse acribillada de a pocos por mi memoria, juega a las escondidas y la tildo de feliz.
Una infancia de mocos, rodillas raspadas, bigotes de leche y esas adultas precoces sin alma (...)
Una infancia SIN TÍ, pero junto a ti de alguna manera paralela. Aprendí a creer en las vidas paralelas, sabes?, y qué pesada me estoy volviendo; es como no querer desengancharse de la nube ya con los pies llenos de lodo, de tierra.
Bueno por lo menos ya no siento el aire corretearme por las piernas; mi ley de vida en estos momentos (y mi vida ya que muchos están regidos por la Ley de la gravedad o la de Murphy) es "Vivir y dejar vivir".
Suena crudo, como estar bajo una temperatura de de menos 5 grados bajo cero, pero en ese estado se resume la dicotomía que me infecta el cerebro.
Facilmente podría decir que el único ser viviente que transita y respira -de vez en cuando- soy yo, pero para qué decirle mentiras a las hojas?, si la Filantropía ya me recubrió hasta las pestañas.
Una vez leí que este mal era un factor determinante de los corazones peludos, entonces si es así que alguien me diga donde encuentro una máquina de afeitar que no produzca un dolor monumental y que me lo deje y que me lo deje albino sin ninguna proyección de ser humano que me acuatice las pupilas.
De proyecciones se alimenta el mundo, de proyecciones me alimento yo.
Una bandeja descomunal de dulces sin fin, tan llena de ficción.
No existe el dulce, y ya me cansé de funcionar como una cucharita azucarera.
Cansarse no es sinónimo de detenerse, uno como buen enamoradizo tiene un piloto automático que busca joderse solo; meterse en una historia en la que el papel protagónico ya está ocupado, y que los de reparto se mueren al segundo capítulo.
"Your heart feels, over and over"
Es la realidad de las cosas, hecha acordes, electricidad y autodestrucción reprogramada.
Pero ya basta de autoflagelaciones, es tiempo de agujerearse un poco y dejarse habitar por dentro, luego dejarse atravesar y suspirar imaginándose los dilemas de un colador: "Todo me atraviesa y ya ni me doy cuenta de los pedacitos de azucar que me acarician a diario, todo es tan homogéneo que al sorprenderme pasaría por mitómana" La naturaleza de un colador hembra, sus videos y ventiochos -anormales y duraderos.
Querida extraña:
Te digo sin ánimo de herir tus susceptibilidades y tu ego, que me enferma el ánimo saber que tienes a cualquiera que susurra un "te quiero· en tu lista negra, saber que posees una costalada de vidrios rotos por dentro que te hacen hablar a regañadientes y te acortan las palabras.
¿No te sientes triturada a ratos?
Yo te veo tan demacrada que no calcularía cuántos suspiros te han frenado; primero porque odio llevar la cuenta de las desgracias de las personas y segundo porque me gusta como sonríes al pensar que te ven e imaginan un sin fin de historias color Amarillo (con la garantía de tener un color por seudónimo) al creer que eres la dama del engaño que se las sabe todas.
Por lo general los cari.amarillos casi de están muriendo de enfermos. ¡Qué tedio!
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