Re-se,téame.
Si mi cabeza tuviera un botón de RESET creo que no hubiera llegado
a sentir la felicidad rozárme las pestañas, los labios, calentarme las manos, darme traguitos de glucosa, abrigos para los días de hielo y desquebrajarme las entrañas.
Despues de tanta intermitencia es hora de rociarme un tarro de pintura en la cabeza ,estrellarme contra el lienzo y ser un manchón al estilo Pollock. Un paisaje.
No el más coherente, no el más preciso, no el más estable, no el más hermoso ni recordable... sólo un paisaje, ese que se vé todos los días y no hace bailar ni un cabello.
Ese que la lógica del mundo hace que colisione en los ojos a diario. En sus ojos. En los mios?
Puedo simular que la tierra sigue girando pero no negar que tengo serios problemas con el paso de los días. Se me enredó el corazón en otra época, en otros días, en otro estado, en otro color. Es una atemporalidad absoluta lo que me enamora.
Al suelo algodonado de mis días se lo están comiendo mi cerebro y tu cerebro.
y a mi sueño nocturno, las ganas de hacerle emboscadas al sol.
Ya no me gustan las mañanas.
Ya no me gusta esperar, y que el mismo aire se encargue de alejarlo.
Ya no quiero bailar con la videoteca de mi historia para dos.
a sentir la felicidad rozárme las pestañas, los labios, calentarme las manos, darme traguitos de glucosa, abrigos para los días de hielo y desquebrajarme las entrañas.
Despues de tanta intermitencia es hora de rociarme un tarro de pintura en la cabeza ,estrellarme contra el lienzo y ser un manchón al estilo Pollock. Un paisaje.
No el más coherente, no el más preciso, no el más estable, no el más hermoso ni recordable... sólo un paisaje, ese que se vé todos los días y no hace bailar ni un cabello.
Ese que la lógica del mundo hace que colisione en los ojos a diario. En sus ojos. En los mios?
Puedo simular que la tierra sigue girando pero no negar que tengo serios problemas con el paso de los días. Se me enredó el corazón en otra época, en otros días, en otro estado, en otro color. Es una atemporalidad absoluta lo que me enamora.
Al suelo algodonado de mis días se lo están comiendo mi cerebro y tu cerebro.
y a mi sueño nocturno, las ganas de hacerle emboscadas al sol.
Ya no me gustan las mañanas.
Ya no me gusta esperar, y que el mismo aire se encargue de alejarlo.
Ya no quiero bailar con la videoteca de mi historia para dos.
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