Preliminar.

Siempre le gustaron los preliminares,  las especulaciones y las ganas. El durante la sabía como llevar a ratos, y los finales se los saltaba casi que por regla natural, ya que casi ninguna criatura puede tragarse la ausencia con un bocado. En su caso, lo mejor es tragársela entera; sin duelo y pasarla con una buena dosis de sueño. Antes no le gustaba dormir, pero aprendió en medio de ronquidos que cuando alguien está en fuga,  no hay nada mejor que la amnesia con la que separas las pestañas.


Cómo le gustaba ese periodo de prueba, andando a zancadas a pesar de ser sólo una forastera esperando que el miedo la mire a la cara . De vez en cuándo hasta se le olvidaba respirar;  pero qué le vamos a hacer, en el amor esto no es fortuito. Cada persona te aporta un ritmo de respiración, con unos suspiras y te asfixias más que con otros, es una combinación que aprendes a decodificar de a dos porque de a uno, el aire se desintegra a mitad de camino. 


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