Junio.

Enero, febrero, marzo, abril, mayo y el tan esperado junio.
El más volátil, azul clarito, y bipolar del año.
Y digo volátil, porque hasta los corazones más habitados se van de vacaciones. 

Cuentan por ahí, que una mañana de junio:
- Elisa sonrió, después de 2 años enteros con la cara cansada y la expresión a medias. 
- El solsticio de verano, le sonrojó las mejillas y el corazón a más de uno.
- El anciano del portón carmín, se arrancó el luto de la ropa, desempolvó su fedora y se dispuso a revivir las tardes soleadas que vivió junto a Clara. 

Tú llegaste en junio y yo solo esperaba envejecer un poco más. 

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